domingo, 8 de abril de 2012

El cazador

El cazador acechaba desde la oscuridad a su presa.
Hacía tiempo que la busca, pero hasta ese momento no había dado con ella. Por fin había encontrado a la mujer que le había destruido la vida hacía un año.
El cazador miraba hacia la ventana con luz, la única que había en la habitación. Esperó hasta que la luz desapareció, minutos después estaba entrando en la casa sin hacer el menor ruido. En ese momento escuchó un llanto procedente de la habitación que momentos antes estaba iluminada, y se dirigió hacia esta.
Abrió la puerta con mucho cuidado y se dio cuenta de que en esta había una cama de matrimonio y al lado una cuna.
La mujer que le había arruinado la vida no estaba en ella asi que se decidió a entrar. En cuanto lo hizo se dio cuenta de que la mujer a la que había odiado durante tantos años se encontraba en el suelo, muerta. Al lado del cadáver había un frasquito. El cazador se agachó y descubrió que el frasco aun contenía una sustancia. Era cianuro.
El cazador se acercó a la cuna y sintió pena por la pobre criatura que se encontraba en ella llorando. Era un bebe, que tendría poco mas de un año.
No, no podría ser su hijo ¿Verdad?
Esa mujer nunca le había dicho nada sobre él así que el cazador meditó sobre esta duda durante un buen rato. Después de pensarlo mucho decidió buscar alguna evidencia de que era su hijo, y al acercarse a una de las cómodas vio una nota en la que ponía: 
"Si, esta es nuestra hija Miranda, David. Te he visto desde la ventana y ahora te encargo el cuidado de nuestra hija. Pero antes de pensar en dejarla por favor piensa en ella como únicamente tu hija, porque se que yo te hice mucho daño en el pasado. 
                                                     Atentamente Susan."

Así que en realidad esta era nuestra hija... Miranda 
La miré a los ojos pensando en que debería hacer y decidí que la cuidaría, y la protegería como había intentado con Susan.  

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